El agua potable o también conocida como agua para el consumo de los humanos, es apta para beberse, para preparar alimentos, o para fines domésticos como higiene personal. Cuenta con ciertas características propias de la potabilidad, como: debe ser inodora, incolora, insípida, transparente y libre de contaminantes o materia orgánica. En realidad, el agua potable sí puede contener algunas sustancias disueltas que pueden ser beneficios para el organismo.

A pesar de que el agua es uno de los elementos más abundantes en nuestro planeta, el agua potable y potencialmente aprovechable para los humanos no se encuentra tan fácilmente. Existe una gran variedad de procesos para mejorar la calidad del agua cruda obtenida de los mantos acuíferos, para potabilizarla. Lo cierto es que la calidad del agua en una comunidad es un factor muy importante del que depende la salud pública. La gran mayoría de las epidemias o intoxicaciones se deben al mal manejo de productos alimenticios, o a la presencia de contaminantes en el agua.

Los yacimientos de agua potable en el planeta están en constante riesgo de contaminación, por aire y suelo. Es responsabilidad de todos cuidar el agua y no desperdiciarla.